Los 400 privilegiados villafranquinos que han podido disfrutar este anochecer, por invitación expresa, del estreno mundial de la obra teatral «Vilafranca. Una comida de fiesta mayor», del dramaturgo de origen villafranquino Jordi Casanovas, han vivido con entusiasmo su escenificación, que ha tenido elementos de comedia, de comicidad, de contrastes entre maneras de pensar, tradicionalismo versus modernidad, villafranquinos versus vilanovinos, pobres versus ricos, catalanes versus castellanoparlantes… y que permite poner cada cual ante el espejo, se tome el punto de partida que se tome.
Parte de la grada ha aplaudido con entusiasmo la representación y ha hecho salir actores, actrices y equipo técnico varias veces. No va, todo el mundo se podía sentir identificar con al menos algunas partes de algunos de los personajes que actuaban.
La actuación, de poco más de dos horas de duración sin medias partes, ha venido precedida por los parlamentos inaugurales a cargo de las autoridades. Ante ellos, una grada donde «todo el mundo estaba»: políticos locales, alcaldes de la comarca, administradores de la fiesta mayor, el padre, representantes del mundo asociativo que han formado parte (o no) de las ocho comisiones sectoriales que han pensado qué actas se pueden hacer a lo largo de la Capitalidad Cultural Catalana 2015…
El primero a hablar ha sido el alcalde Pere Regull, que ha calificado de «reto» coger el relevo de la «cosmopolita» Barcelona como Capital Cultural. Pero enseguida ha traído el agua hacia su molino: ha explicado que la palabra cultura «hasta el siglo XVIII quería decir cultivo, cultivo de la tierra», y que fue durante «el siglo de las luces que pasó a ser la parte más sofisticada de la naturaleza humana». Y es aquí donde Regull ha dicho que hoy en día esto ya está superado y es tanto cultura «muchos de los instintos más primarios», como la cultura del vino, como también la filosofía; y este año, en Vilafranca, se hará un congreso. Para el alcalde, tener este año la Capitalidad Cultural «quiere decir una oportunidad de mantener esta personalidad, el que nosotros somos, nuestra forma de ser labradora, sobria, interclassista, pero no rancia» y que se podrá ver a través de los 163 actas de toda índole que se irán organizando a lo largo de 2015.
A continuación, Xavier Tudela, presidente de la Organización de la Capitalidad de la Cultura Catalana, ha augurado que este 2015 «pasará volando y marcará un antes y uno después» para la ciudad, puesto que «el país se conocerá y reconocerá a partir de los valores de Vilafranca» y porque «el mundo podrá entrar en conocimiento de nuestra cultura como pueblo a través de Vilafranca».
Finalmente, después de una intevención de Salvador Esteve, presidente de la Diputación de Barcelona, ha cerrado los parlamentos el consejero de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell, que ha querido empezar el discurso poniéndose el público al bolsillo al afirmar que Vilafranca «sois una ciudad cultura de Cataluña de toda la vida con una presencia importantísima», y recordando que «gente salida de casa vuestra dio formar al catalanismo».